ni idea

jueves, agosto 31, 2006

Happily Ever After

Leer la primera parte de un libro. Engancharte como can-can en la trama. Enamorarte de personajes no-realizados, de situaciones no-resueltas, de panoramas no-comprendidos (por la falta de contexto).
Y releer, releer y releer nuevamente esa primera parte tan preciada sin conocer la resolución de nada.
Falling inlove with Prior Walter.
Amar cada palabra e imaginar có-mo-las-pro-nun-cia-ría-sí-la-ba-por-sí-la-ba-el-prior-walter-de-mi-sueños.
Y conformarte con este abanico de inconclusiones.

Hasta que, un día cualquiera, llega a tus manos la casi olvidada segunda parte del libro.
Entonces: saber qué pasó con Cenicienta después de que comió perdices con el Príncipe la noche de su boda... ¿Perdió la virginidad? ¿Siguió fregando los pisos como siempre? ¿Acaso el Príncipe la maltrató sabiendo que ella reaccionaba con familiaridad a la violencia verbal?
(kudos Angels in America)